viernes, 3 de marzo de 2017

La marca de la bestia "666" en Venezuela

Por: Teodoro Darnott

Venezuela bajo el poder del maligno., bajo el sistema masónico está siendo marcada con el número de la bestia el 666.



La fracmasineía es el poder oculto de Venezuela, de su Estado, de su gobierno. Ella es el poder de Satanás en este país. Ahora fíjese en una cosa: Ese poder esta censando a Venezuela en este momento; y nadie podra comprar ni vender sino aquel que tenga el número que ese poder le va a otorgar. Con esto se cumplirá la profecía: Nadie podrá comprar ni vender sino aquel que tenga la marca de la bestia, o el número de su nombre.

El libro del Apocalipsis (Revelación) es el último de la colección que se llama Biblia. Dentro de ésta pertenece al subconjunto Nuevo Testamento, que tiene como referencia fundamental a Jesucristo. En éste se cumplen las promesas contenidas en el Antiguo y se inicia la etapa definitiva de la historia, la cual tendrá su perfección más allá de la misma (en la plenitud del Reino de Dios).
El Apocalipsis pertenece a un género literario caracterizado por su impactante ropaje simbólico, sus fuertes signos divinos punitivos y liberadores, sus relatos de persecuciones de los justos y llegada del “Gran Día a Dios”. Escrito a finales del siglo I es un llamado a la esperanza, a la confianza en la justicia divina. Cántico del triunfo del bien sobre el mal, que busca alentar a los creyentes, animándolos a  superar depresiones y testimoniar con fortaleza y alegría el señorío de Cristo en medio de las embestidas del Imperio (Romano).
El capítulo 13  habla de un falso profeta al servicio de la Bestia, cuya adoración él exige a las gentes, bajo pena de exterminio. ”Y hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleva la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre. ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666” (Ap 13, 16-18). Por cierto que entre las aplicaciones propuestas por  comentaristas bíblicos para este número ha salido la de Nerón.
Esto del 666 ha venido a mi mente  como identificación de los aspirantes a beneficios oficiales, lo cual establece una señal de privilegio excluyente, un apartheid, a favor de un alineamiento con el Gobierno. No basta ya el ser humano y la cédula ciudadana ordinaria; hay que inscribirse en un registro especial salvador, llevar la marca de la Bestia. 
Los sistemas totalitarios, fundamentalistas, se caracterizan por dividir la especie humana en dos: los propiamente humanos y los que no lo son, para los cuales se buscan denominaciones como ratas (en el nazismo) gusanos (en el castro comunismo). Los que no llevan la marca no merecen ni pan, ni sal, ni agua; la ley está terciada en contra suya; son objeto de la violencia oficial o paraestatal; su destino es el exilio interno o externo.
El genuino humanismo y el cristianismo coherente se sitúan en las antípodas de una tal concepción del ser humano. Dios nos hizo a todos a su imagen y semejanza y recibimos una dignidad y derechos fundamentales iguales. Así como todos tenemos deberes que cumplir para el positivo relacionamiento interhumano.